Ayer tuve la suerte de aterrizar en el programa Singulars de Jaume Barberà, en TV3 de Catalunya, que por cierto me gusta mucho el estilo con que conduce sus entrevistas. En esta ocasión la persona invitada era Alejandro Nieto García, catedrático de Derecho Español y autor del libro El desgobierno de lo público, en el que hace un interesante exposición sobre el despropósito de nuestra democracia, ahora en manos de partidos políticos y no en manos del pueblo gobernado. Un libro que nos presenta un sistema, nuestro sistema, blindado por y para los intereses de los pocos que nos gobiernan y además sin otorgar posibilidades de cambiarse a los gobernados Ver entrevista
Me gustó mucho escuchar sus muchos puntos de vista, con los que coincido en gran medida CASI con todos, y rescato un comentario soberbio que surgió en un momento durante la entrevista que decía algo así como.. – Cuando no tienes nada que perder, no te cuesta nada decir la verdad – Y razón no le falta. Lo interesante de todo esto es que decir la verdad no debería costar nada más que el propio miedo a asumir las consecuencias, especialmente cuando esa verdad afecte a los intereses de otros.
No tenemos que decir todo lo que pensamos pero tendríamos que estar acostumbrados a decir solo la verdad, no porque sea «políticamente» correcto (vaya ejemplo tan poco adecuado) sino porque hablar tu verdad es estar en armonía contigo mismo.
Al concluir la entrevista le preguntaron a Alejandro Nieto qué solución veía él a todo este desgorbierno, a lo que contestó, no sin cierto pesar, que – no veía solución alguna – . En este punto pude percibir en Antonio dos cosas: La primera era su sentimiento de desazón mezclado con cierta impotencia, un sentir que debe ser el fruto de toda su vida dedicado al estudio de la democracia de nuestro querido país, de otros paises y probablemente de todos los tiempos. Tal nivel de conocimiento adquirido le otorgan una perspectiva amplísima y muy acertada sobre el tema que nos comparte en sus muchos libros publicados.
Lo segundo que percibí en este su comentario fue que había una parte de él que sí sabía perfectamente que había una solución. Una solución que se llama confianza y fe y saber que todo en la vida acaba ocupando el lugar que le corresponde por la propia acción de la vida, aún cuando el hombre no haya sabido encontrar dicho lugar. Quizás por ello debamos alegrarnos del desgobierno que nos ofrecen los que gobiernan porque eso ha servido para despertar la conciencia de muchas personas, para replantearnos nuestro sistema y nuestra forma de relacionarnos y por supuesto ha servido y sigue sirviendo para acelerar su propio e inevitable proceso de extinción.
Gracias Antonio por seguir diciendo la Verdad.
Hasta pronto
Luis