ALGUIEN tan especial – 2ª parte de la introducción de «Deja que suceda»

Viene de … «ALGO tan fantástico»

Una mañana estaba tomando un café en un bar de Palma, matando el tiempo hasta que las tiendas abriesen.  De pronto sentí unas enormes ganas de escribir, de rayar algunas ideas. Era como que me “picaba” la mano. No me preguntes porqué pero ese fue mi deseo impulsivo. Así que sin pensarlo dos veces, agarré mi bloc de notas y mi pluma y empecé a escribir todo lo que me pasaba por la mente. No cesaba de escribir, era como si la punta de mi pluma tuviese vida propia. Me sorprendía ver fluir todas aquellas palabras que yo ni si quiera había podido pensar, hasta articular una frase con todo el sentido del mundo.

Fue entonces cuando me di cuenta que estaba hablándome JUDITH.

Hacía tiempo que no hablaba con ella y una vez más volvía a emocionarme. En el silencio de mi intimidad en aquella mesa del bar Judith me mostraba el inicio de una nueva forma de comunicarnos y la posibilidad de plasmar por escrito todo su mensaje. El resultado de esa conversación en el bar se transcribe en el capítulo siguiente a este y dió origen al libro que ahora sostienes en tus manos.

Cuando salí del bar me sentía como renacido. El aire de la calle era más fresco que nunca , mi cabeza estaba ligera, sin pensamientos vanales. Miraba a mi alrededor y veía las cosas de forma diferente, como si fuese totalmente consciente del momento presente. Decidí que me iba a dejar llevar por mi corazón, que mis pasos iban a ser motivados por mis impulsos y no por mis ideas. Me dejé llevar y caminé contemplando la ciudad de forma diferente, como si todo estuviera sucediendo en cámara lenta; Los colores de la luz reflejada sobre las aceras, el caminar de la gente, las primera tiendas que se abren al público. Todo parecía tener algo especial e interesante en donde fijar mi atención. De alguna forma sentía que estaba redescubriendo todas las cosas que iba encontrándome a mi camino.

Aquella mañana seguí caminando en ese estado contemplativo y de reposo mental  hasta encontrarme delante de una tienda de ropa a la que suelo ir a comprar de vez en cuando. Sin pensármelo mucho entré y me dirigí hasta una estantería  que tenía más de 25 modelos diferentes de camisetas. Mi atención se dirigió a un modelo en concreto de color azul claro, que a primera vista me había gustado. Mientras la chica que me atendía iba a buscar una de mi talla, yo contemplaba el diseño de la camiseta, con muchos colores, rayas, y bastantes palabras inscritas. Últimamente la ropa viene con palabras y frases inscritas que no tienen mucho más sentido que el que el diseñador le haya querido poner. De pronto me fijé que esas palabras se trataban de nombres de mujer. Se me paró la respiración con sólo pensar en la posibilidad de que entre aquellos 9 nombres estuviera el que ahora yo tenía en mi mente. Giré la cabeza en otra direccion, como queriendo coger fuerzas antes de comprobarlo. Fue extender la camiseta y en seguida pude ver que efectivamente, ahí estaba el de Judith, justo a la altura del corazón y tocando dos rayas de color lila y amarillo respectivamente. No me lo podía creer. Judith, mi querida Judith me acababa de hacer un regalo.

A partir de aquel día cambió mi forma de comunicarme con ella y sobretodo mi forma de entender el alcance de nuestra relación.  Decidí empezar a transcribir y recopilar todas las conversaciones con ella, sin tener muy claro al principio lo que iba a hacer. De hecho podrás leer en los primeros diálogos cómo expreso mi inquietud por saber cuál iba ser el rumbo que tomaríamos y cómo Judith siempre me remite a encontrar la respuesta por mi mismo. Tardé algún tiempo en descubrir que no se trataba de conocer el rumbo sino de decidir QUIÉN QUERÍA SER YO A PARTIR DE ESE MOMENTO. Es difícil empezar algo que no sabes dónde te lleva, pero esa es precisamente una de las mayores causas de infelicidad del ser humano. La obsesión por llegar a los destinos y no por recorrer los caminos.

Mi intención inicial fue que el libro se convirtiese en el material para impartir un curso que ayudase a las personas a ser más felices. Sin embargo, poco a poco me daba cuenta que los diálogos se reconducían libremente hacia temas que jamás hubiese imaginado, lo cual los ha hecho más enriquecedores.

Decidí que sea cual fuere el rumbo que debieran tomar nuestros diálogos, lo importante sería que yo me sintiera bien con todo. Así que me olvidé del «rumbo» y empecé a  disfrutar una vez más de «mi camino». Dejé de preocuparme por lo que pasaría y me enfoqué en la experiencia enriquecedora de dialogar con Judith. Aprendí de sus respuestas, escuché mis inquietudes, DEJÉ QUE EL DIÁLOGO FLUYERA y que los nuevos conceptos aparecieran de forma expontánea. Disfruté de sentirme cómodo en un lugar de entendimiento y crecimiento espiritual. Jugué a ser maestro y alumno a la vez, crecí con sus palabras y agradecí sus gratas sorpresas.

El resultado de toda esa experiencia es este libro que ahora lees. Después de haberlo escrito y haberme aportado tantos beneficios personales, ya sólo me quedaba hacer una cosa más que terminaría por darle el sentido que deseaba: Compartirlo con gente como TÚ. Sí, ya lo sabes..

..TÚ ERES LA SEGUNDA PRINCIPAL RAZÓN DE TODO ESTO.

No tendría ningún sentido guardar para mí los tesoros de sus mensajes. Quiero compartirlo con gente como tú, gente que quiera aprender más sobre sí mismos, sobre la vida y sobre la mejor forma de vivirla. Gente que desee saber algo más de su identidad, gente que desee expandir su conciencia y ver las cosas con una nueva perspectiva. Gente que está empezando a conocer su propia espiritualidad o gente que necesita recordar todo lo que ya sabe y siempre ha sabido de sí mismo. Ojalá que el contenido de este libro pueda beneficiarte de alguna forma.

Independientemente de si tú estás o no familiarizado con temas espirituales, los principales mensajes del libro son de fácil comprensión para todo el mundo. No obstante debo decirte que en algunos momentos los diálogos nos llevaron a tratar temas de mucha mayor complejidad y sin embargo nunca llegamos a profundizar en los mismos. Llegué a preguntarme si no iba a ser necesario retomar algunos de esos temas nuevamente en otro capítulo y la respuesta que obtuve fue que precisamente así había sido porque éste no iba a ser el libro donde fueran a tratarse dichos temas. Así que si reconoces algún tema interesante y ves que no profundizo lo suficiente, te pido disculpas. Yo también pensé lo mismo que tú. Mi deseo es algún día poder publicar más libros donde poder abordarlos.

Finalmente y antes de que pases al capítulo siguiente que entra de lleno en las palabras de Judith, quisiera compartir contigo dos ideas que pueden hacer que tu lectura sea más interesante:

La primera es que NO ES IMPORTANTE SABER QUIÉN ES Judith. No es necesario etiquetar o poner un nombre a ese “ALGUIEN” porque eso NO CAMBIARÍA NADA del verdadero propósito de este libro.

Este libro no es acerca de Judith sino de SU MENSAJE, que por cierto…

… NO TIENES QUE CREERLO. Y esta es la segunda idea.

Sí, has leido bien. No escribí estas palabras esperando que alguien las crea o las deje de creer, sino deseando compatirlas con el mundo. En todo caso si lees algo que concuerda con TU VERDAD, es decir, si con algo de lo que lees te sientes identificado o identificada, algo que te hace «vibrar» en tu interior, entonces Ella te invita y yo te aconsejo que LO VIVAS.

Vive el mensaje que te ha hecho vibrar, porque así te honrarás a ti y a tu verdad.

Este libro te ayudará a recordar quién eres, qué es la vida y cómo vivirla para que seas más feliz.

– Enseña a la gente a encontrar su felicidad y les enseñarás a cambiar el mundo.

Ojalá tú también formes parte del cambio que el mundo merece tener.

Que disfrutes la lectura.

Luis Otero de la Rosa

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