Los medios de comunicación nos hablan de Somalia, de sus peligrosas aguas, de secuestros y rescates millonarios y de la imperiosa necesidad de parar eso como sea y cuanto antes.
La miopía de nuestros días nos dice que la solución es enviar buques armados para que patrullen y creen un corredor de seguridad que garantice la circulación de barcos por esas aguas. A mi entender eso sería como tomarte una aspirina para el resfriado y al día siguiente seguir saliendo en manga corta a pasear por la nieve. No habremos solucionado nada porque no habremos entendido nada.
Algo mucho más gordo debe está pasando para que unos señores decidan meterse a piratas, asaltar barcos, cobrar rescates millonarios y además poder comprobar como nadie en su tierra, ni en sus corazones, les convence o les alienta para que no lo hagan.
¿Qué realidad es la que nuestra miopía no nos deja ver?
La gran realidad está en las tremendas diferencias entre el mundo desarrollado (el mundo que envía los cargueros) y el mundo subdesarrollado (El mundo de Africa que los ve pasar). Esas tremendas diferencias son el caldo de cultivo para que miles, millones de personas expresen de alguna forma su deseo por salir, por encontrar su trocito de felicidad. Unos arriesgan su vida en cayucos sin rumbo, otros matan a sus hermanos de sangre por un poco de poder, otros mueren por no tener donde comer; otros deciden meterse a piratas y reirse del ridículo sistema de valores que el primer mundo defiende ciegamente.
Secuestrar un barco cargado con 100 millones de dolares en petroleo no es EL problema. El problema es que 100 millones de personas no tengan las mismas oportunidades de SUBSISTIR que los que se benefician a costa de esos barcos que pasan delante de sus costas cada día. Fijaos, no estoy hablando de enriquecerse, ni tan siquiera de vivir igual que resto del mundo occidental. estoy hablando de SUBSISTENCIA, de al menos tener las condiciones mínimas para poder seguir existiendo y decidir qué quieren hacer con sus vidas, con su gente, con su país.
Si de verdad el mundo quiere cambiar esto lo primero que tiene que hacer es actuar como una unidad, como un conjunto, ver los problemas ajenos siempre como los problemas propios. Hasta que esto no ocurra no se podrá entender lo que está pasando.
NO se trata de enviar o no nuestros ejércitos a los mares de Somalia, ni tampoco de llenarles de fábricas, acogerlos como refugiados o implantarles un sistema democrático «enlatado». Se trata de que abordemos la situación globalmente ayudando a construir las bases para que los pueblos aprendan a crear y gestionar sus propias oportunidades con un beneficio real y sostenible de su comunidad.
Cuando eso ocurra, habremos solucionado el problema.
Luis Otero